Hace algunas semanas, en Twitter, escribí: "Las Loquitas, somos más divertidas que las Mustias" (ese tweet tuvo mucho éxito, por cierto)
¿Qué es la Locura? muy textual: una serie de comportamientos que están fuera de aquello que se considera normal; aquellas personas que presentan una desviación de las normas propuestas en una comunidad. Quienes presentan este tipo de comportamientos, suelen estar motivadas por alguna enfermedad.
Algunas características de la Locura son: la pérdida del control, la expresión desinhibida de los sentimientos, el no pensar en las consecuencias que pueden tener las acciones realizadas, la pérdida del límite entre las cuestiones reales y las que no lo son y es común que exista una escasa comunicación con el entorno.
Y actualmente, a la Locura se le denomina Psicosis, hablando propiamente de términos médicos.
Sin embargo, ¿quién define lo que es normal o anormal? Tan diferentes somos unos de otros, que es relativamente fácil traspasar la línea entre conceptos.
Yo, por ejemplo, conozco a Él Locura en persona; así, en masculino. Y la Locura puede ser contagiosa, así que es probable que a últimas fechas, muchas de mis acciones hayan sido guiadas por la misma.
En la vida, llegamos a toparnos con loquitos (as), que prácticamente nos mueven el piso en el cual estamos parados; nos llevan a sacar características propias que estaban "dormidas" casi en el olvido. Y a veces es tan notorio el cambio, que nos cuéstionamos si realmente existía aquello que llamamos cordura. Curiosamente, Locura y Cordura riman y hasta cabe la posibilidad de que vayan de la mano, en una especia de equlibrio.
Y se dice también que la Locura y lo que conocemos como el Amor siempre se acompañan; aderezando mutuamente su Sabor.
Un poco (o hasta un mucho) de Locura, no cae mal. ¡Vivamos la vida Loca! ¿Porqué no?
Todo sea por La Locura y su fiel compañero
Imagen: "El preludio de la Locura" de Reinerio Tamayo