Lo prohibido atrae; es prácticamente un hecho. El que haya alguna "restricción" de algo sea lo que sea, actúa como un imán. Pero, ¿qué es lo Prohibido? para cada persona significa algo diferente, dependiendo de lo que considere que esté más allá de sus límites, ya sea que éstos hayan sido impuestos por uno mismo o por alguien más. Pienso que aunque algunas personas digan que no tienen límite alguno, debe haber algo que consideren prohibido; el no tener límites puede ser el propio límite en si.
Lo prohibido puede ser algo inusual, algo que nos saca de la rutina a la que tarde o temprano llegamos a caer aunque sea momentáneamente; algo novedoso y que por el hecho de ser desconocido, nos da curiosidad. El hacer algo que consideramos como prohibido, causa emoción, diversión y hasta placer. El saber que estamos en un territorio que por una u otra razón no deberíamos de estar, provoca sensaciones diversas.
Una vez que lo prohibido fue probado, lo que sigue es incierto: puede ser que ya no se considere una prohibición y se pierda el interés; que queramos probar de nuevo, que haya resultado mucho más atractivo de lo que pensabamos, etc.
Lo prohibido cambia con el paso del tiempo, conforme avanzamos; algunas cosas dejan de ser prohibidas para darle paso a otras que por lo general, son más prohibidas que las anteriores, de una magnitud mayor probablemente por los límites a vencer o por lo que puedan traer consigo.
Me atrae lo prohibido, como a muchas personas; mis límites de lo que considero como prohibido son los daños que pueda ocasionarle a otras personas y el daño que yo misma pudiera ocasionarme; sin embargo a veces es difícil dejar de lado la atracción hacia lo prohibido.
Algo que me "sacó de onda" fue que alguien me dijera que yo soy su "prohibición"; no sé porqué, pero me sentí rara y no dije nada. No me disgustó; simplemente no sé que fue.
¿Prohibido prohibir? Puede ser, puede ser. Imagen: "Fruto Prohibido" de Mari Ortolá